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domingo, 3 de agosto de 2014

Crisis económicas de la historia. Parte V.

  En esta semana tan convulsa para la economía mundial con el default argentino, vamos a explicar en la última entrada las crisis habidas en el cambio de siglo, entre el XX y el XXI, donde ha habidos eventos económicos importantes, con una relajación general de las normas, un barro, que nos ha traído estos lodos, que ahora estamos sufriendo. Sin más continuo, donde me quedé:
  • El efecto Tequila. Año 1994.
 La gran crisis de los países emergentes llegó a mediados de los años 90, un periodo, en el que España, tampoco logró zafarse de la recesión, con cambio de gobierno incluido, tras más de una década de poder socialista. Sin embargo, la primera pieza que cayó en esta crisis fue México, de ahí su nombre. Y fue debido a una chispa que detonó el pánico entre los inversores en el país azteca. Antes dicha nación venía arrastrando un déficit superior al 7%, debido a los excesos y la corrupción política existente. Para colmo de males, el presidente Carlos Salinas de Gortari, siguió aumentando el gasto para ganar puntos en el periodo electoral en el que se encontraba inmerso, emitiendo los llamados Tesobonos, deuda pública valorada en dólares. La chispa que encendió la mecha, fue la imagen de la guerrilla zapatista de Chiapas, que deba la puntilla a la imagen internacional de México, las divisas huían del país, y la devaluación del peso, sólo logró que hubiera mayor fuga de capitales. Todo Latinoamérica cayó, y los mismos capitales huyeron a Asia (China, Tailandia, Indonesia...), donde se estaban gestando los llamados Tigres Asiáticos, que pasaron a ser el centro industrial del mundo globalizado. Sin embargo, la crisis japonesa, terminó por arrastrar también a la economía asiática. Por culpa del Magnate George Soros (quien tumbó años antes a la libra inglesa),  que lanzó un ataque contra el baht tailandés, junto con otros especuladores, logró que los inversores huyeran de la zona, atacando posteriormente, Malasia y Hong Kong entre otros, los cuales llegaron a tumbar. El contagio siguió con Rusia, que habiendo entrado en la órbita capitalista, logró en poco tiempo declararse en quiebra. Y de la nación eslava, se trasladó la crisis a Brasil, cuyo país sufría una enorme deuda, espantando también a todo el capital financiero. Teniendo que devaluar dicha nación el real un 30%, para terminar de hundir su economía. Creando lo que sería el Efecto Samba, que contagiaría a todos los países del entorno, y crearía otra crisis que ha pasado a la historia: la del Corralito argentino.

  • La Burbuja de Internet. Año 2000.
 La también llamada crisis puntocom, fue la primera relacionada con la era digital. Al igual que con el ferrocarril o los aviones, una nueva tecnología venía para generar una locura de empresas y acciones que se crearon como hongos. En cambio, con internet, no hacía falta grandes inversiones para entrar en el mercado, ni autorizaciones públicas, pues todavía se encontraban en un vacío legal. La avalancha de empresas puntocom eran tal, que se creó para ellas, un mercado financiero propio: el Nasdaq, cuyo índice nos indica aún el valor de empresas como Google o Microsoft. Pero con ello, se creo una burbuja imparable. Debido a lo intangente de sus bienes, las empresas tecnológicas, como Amazon, multiplicaban sus cotizaciones, aunque sus pérdidas fueran cuantiosas. Además, el acceso, vía internet, de los parqués, hacían que cualquiera pudiera ser bróker. Sin embargo, no hubo un estallido radical, sino como en Japón, una suave bajada, desde el 10 de marzo del 2.000, hasta el 9 de octubre del 2.002, donde el Nasdaq perdió un 78% de su valor. No obstante, dicha crisis, pese a ser global, no hubo contagio al resto de economías.

  • El Corralito Argentino. Año 2001.
 Desgraciadamente para nuestros hermanos argentinos, tan de actualidad por su nueva quiebra, viene al pelo dicho punto, que particularmente, he decidido separar del Efecto Tequila y el Efecto Samba. Aunque vinieran encadenadas una detrás de otra, la quiebra argentina fue lo suficientemente importante como para incluirla dentro en un punto aparte, así como por el potencial económico de dicha nación. En un principio Argentina superó sin problemas de la crisis en su primera parte, pero el efecto boomerang que significó el Efecto Samba contagió de manera mortal a la economía platense. Sucesivos gobiernos dispararon el gasto debido a su corrupción, y a una salvaje privatización de empresas públicas. Otra nefasta medida fue la de ligar su moneda al dólar, lo que dio un escaso margen de maniobra cuando la crisis llamó a las puertas argentinas. La única solución posible, en pleno default, fue la del bloqueo de ahorros de los banco, limitando la retirada de efectivo hasta un límite de 250 pesos por ciudadano y semana. Eso empobreció a la población, debido al cambio constante de precios en productos básicos. Con ello se pretendía frenar la fuga de capitales. Y daría lugar a un nuevo nombre a dicho bloqueo: el Corralito. En nuestras retinas, quedarán grabadas para siempre, las famosas caceroladas, protestas y manifestaciones en las puertas de los bancos.  Asimismo, tanto Uruguay como Chile, se vieron contagiadas, aunque no con la dimensión de Argentina, y bastante más la primera, que la nación andina.

  • El Crash de 2.008 y la Gran Recesión.
 Aunque esté de actualidad, lo voy a incluir dentro de un contexto histórico, porque está claro que está crisis pasará a los anales de la historia como una de las peores en el contexto mundial (sino la peor, porque aún no se sabe como va a acabar). No obstante, para comprender el porqué de esta situación hay trasladarse al 11 de septiembre del 2.001, cuando los famosos atentados de Nueva York, Washington y Pensilvania, perpetrados por Al Qaeda. EEUU, se vio tocado a nivel económico como no lo había estado nunca, pues jamás la nación norteamericana sufrió los efectos de una guerra (que no sea civil) en su suelo. El gobierno Bush, para frenar la caída de consumo, decidió bajar los tipos de interés y desregular el mercado para estimularlo. Para colmo de males, al otro lado del Atlántico, nació el Euro, y la entrada de muchos países en la moneda única significó, entre otras cosas, un aumento significativo de la inflación en muchas naciones, pues se tomó como referencia el marco alemán, que se era superior al resto de monedas. Además, muchos empresarios (y no empresarios), se vieron forzados a lavar dinero negro, que tenían guardados en su antigua moneda, para no perder así, lo ahorrado. Con ello se creó una burbuja inmobiliaria, pues era el mercado donde era más fácil lavar el dinero. Había todos los ingredientes para una nueva burbuja de proporciones catastróficas. Nació en este periodo en EEUU, las hipotecas basura, que se concedían a personas de todo tipo, muchas sin ingresos, las cuales, los mismos bancos sabían que no iban a devolver. Los bancos para salvar los balances negativos vendían paquetes de acciones donde habían hipotecas buenas mezcladas con las malas, al resto del mundo. Las mismas agencias de calificación, que hoy día pueden arruinar a una nación, no supieron ver el peligro que representaban estas acciones. Pero si la cosa aún revestía algún riesgo, se inventaron, en el colmo de la desvergüenza, unos seguros que cubrían el riesgo de impago. Todo empezó a frenarse en 2.006, cuando el gobierno Bush decide elevar los tipos de interés para frenar la subida de la inflación, empezando a caer los eslabones más débiles. Ya los rumores de bancos arruinados en Wall Street empezaron a circular, y los primeros brotes de pánico cayeron. Empezaron a saberse de entidades que eran rescatadas, hasta llegar a Lehman Brother, de 158 años de existencia, y que Bush, en plenas elecciones, dejó caer como castigo en septiembre de 2.008. Fue el error que hizo que las bolsas de todo el mundo se desplomaran. Casi todos los bancos del mundo tenían hipotecas basura en el haber de sus cuentas. Los bancos centrales del mundo prepararon un plan coordinado, y en casi todos los países se tomaron medidas para sofocar la crisis, menos en España, que pagaría por ello, unas consecuencias bastante graves, y que arrastraría, además, otra vez, a medio mundo al borde del abismo. Ahora, habría dos modelos para intentar salvar la crisis:

    • El anglosajón, aplicado en EEUU y Reino Unido, aplicando políticas de Keynes de estímulos económicos y gastos públicos, con el enorme riesgo de que la deuda pública de dichos países se encuentran por encima del 100% de su PIB. Y además, se corre el riesgo, aún no demostrado del todo, de una nueva burbuja inmobiliaria, por parte de la nación británica.
    • El llamado austericidio europeo, que apuesta por una austeridad y un control de gastos, excesivos en tan corto espacio de tiempo. Y que ha llevado a naciones como Grecia a la ruina absoluta a causa de la caída en picado del consumo. Fue peor el remedio que la enfermedad. Y todo viene por el miedo alemán por la hiperinflación (ver misma entrada en parte III). La nación germana se encontraba con sus bancos salpicados por las subprimes estadounidenses y por los bonos de deuda griegos. El riesgo de que el euro desapareciera se hizo patente, y se tuvo que acudir al rescate de varios países: Grecia, Irlanda, Portugal y Chipre. Además del sistema bancario español, malamente supervisado por el Banco Central de España. Asimismo el BCE, es un títere en manos de un gobierno alemán, que se ha dirigido en árbitro del contexto económico europeo. Los ajustes tan severos en los países del sur, corren el riesgo de "japonización" de la crisis, un eterno estado comatoso de la economía.
 Por si fuera poco, hay voces que alertan del posible estallido de dos nuevas burbujas, una primera, mencionada en el primer punto, británica, y muy dependiente del dinero ruso, que puede retirarse masivamente del país si prosigue el conflicto ucraniano. Y una segunda, inmobiliaria también, y bestial, en China, que Dios sabe como podría afectar a la economía mundial.

  •  Las trece quiebras de España.
 Ya para terminar, y como curiosidad, a consecuencia de lo ocurrido esta semana en Argentina. Les enumeraré las trece quiebras de la nación española. Con una media de una bancarrota por cada 50 años (dos por cada siglo). Hay que decir que nosotros fuimos el primer país de la historia en declararnos en Bancarrota, con Felipe II, en 1.557, y le siguió otra en 1.576. Con Felipe III, en 1.607. Con Felipe IV, hubo cuatro más, 1.627, 1.647, 1.652 y 1.662. Con Carlos II, el último Austria, hubo otra en 1.666. Se produjeron otras con Fernando VII, e Isabel II. Siendo la última, la de 1.939, posterior a la Guerra Civil.